Nueva York, Estados Unidos.- Las nulas acciones tomadas por el gobierno de Jair Bolsonaro
respecto al daño en la Amazonia, podrían indicar que el apetito occidental por la carne
brasileña, es el motor económico tras de la deforestación en la Amazonia.
Así lo resaltó este día el portal de noticias estadunidense The Daily Beast, el cual aseguró que si
esa carne no valiera nada, la agroindustria brasileña no estaría talando bosques para
producirla.
Rerió que una reciente investigación reveló que la empresa agroindustrial brasileña AgroSB
suministra ganado al gigante brasileño de envasado de carne JBS, a quien el diario británico The Guardian describiera como «la mayor empresa de envasado de carne del mundo y la más
grande proveedora de carne de res y pollo a nivel mundial, con 350 mil clientes en más de 150
países».
El artículo indica que ambas empresas han sido foco de malas noticias durante mucho tiempo,
ya que han deforestado ilegalmente tierras, explotado a sus trabajadores, entre otras acciones.
«Ahora, con Bolsonaro a cargo, JBS y AgroSB pueden violar todas las leyes ambientales que
deseen, ya que Bolsonaro ha dicho que se opone a esas leyes y su administración ha
disminuido drásticamente su cumplimiento», resaltó.
Destacó que Brasil exporta 6.5 mil millones de dólares en carne de res cada año, de este el
siete por ciento hacia la Unión Europea (UE), lo que equivale a unos 455 millones de dólares.
Los 40 mil 341 incendios registrados este año representan un salto del 79 por ciento respecto a
los ocurridos en 2018, y un 35 por ciento más que el promedio en la última década, además
que el clima no es más seco o caliente de lo normal.
Sin embargo, “el aumento en los incendios se produce tras años de la retórica incendiaria de
Bolsonaro contra los ambientalistas, la preservación y todo lo que no sea la agricultura de tala
y quema”.
Añadió que el mandatario brasileño ha mostrado su molestia porque la Unión Europea no da a
Brasil el acuerdo comercial que quiere, y parte de dicho acuerdo rige las exportaciones de
carne de res, actividad que es una de las principales impulsoras de la deforestación amazónica.
“Es completamente apropiado que el acuerdo sea reconsiderado a medida que el alcance de la
mala conducta brasileña salga a la luz”, anotó.
El artículo publicado hoy asegura que estos incendios no son naturales, han sido provocados
por los agricultores, como lo muestran los datos satelitales, así como la mayoría de ellos no se
produjeron en bosques vírgenes.
“En general, la deforestación en Brasil se ha disparado desde que Bolsonaro asumió el cargo,
tanto es así que despidió al jefe de la agencia gubernamental que lo rastreaba, ya que los
números eran vergonzosos. Al estilo de Trump, Bolsonaro incluso acusó al cientíco de tratar
de dañar la imagen de Brasil en el mundo”, anotó.
Reere que su aparente interés por la lucha contra los incendios y protección de la selva
tropical (dado su largo historial anti-ambientalismo extremo) responde a que pretende
establecer relaciones públicas y es solo un intento por salvar el acuerdo comercial con la UE.
Explica que al ver arder «los pulmones del planeta» parece ser que la mayoría de los incendios
pudieron haber sido provocados en un bosque no antiguo que ya había sido talado y el fuego
se extendió a la selva virgen, “eso es realmente una catástrofe tanto para sus habitantes como
para el planeta”.
Compara los 22 millones de dólares ofrecidos por el Grupo de los Siete (G7) con los más de 600
millones que el estado de California gastó para combatir incendios forestales en 2018, los
cuales resultaron ser menores que los de Brasil, por lo que calicó la acción de este
ofrecimiento como “un buen gesto».
Destacó que quizá la cantidad de los recursos es baja precisamente porque el gobierno de
Bolsonaro no aceptaría más, de hecho ya rechazó la ayuda mientras que su ministro de Medio
Ambiente la ha recibido.