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Opinión | De memoria || Y el Peje va… || Carlos Ferreyra

Carlos Ferreyra Carrasco, Periodista.

 

De memoria
Y el Peje va…
Carlos Ferreyra

 

1.- Cada día más convencido de la existencia de zombies. Y de que tienen origen y destino en México. Un señor insulta, se burla, miente, roba o dicho más apropiadamente, dispone del Erario a su leal entender. Oculta la información 25, 50 años y espera que nadie, en esta tumba ya nada clandestina que es el país, le reclame y si lo hace, sea con tono bondadoso, gentil, educado, algo de lo que él se mofa a diario. Y la airada reacción de cierto público le provoca un entripado hasta a sus oponentes.

2.- Hay tres filtros para asistir a la patochada matutina. Primero, acreditación; segundo, ubicación; tercero, movilidad no permitida bajo ninguna circunstancia. ¡Ah, sorpresa! Un sujeto ubicado en la fila trasera del escenario, donde colocan a los empleados a cargo de apuntes y otros elementos necesarios, se levanta, camina hasta el mandatario y cheek to cheek (dicen los neocultos y creo significa cachete con cachete), desliza algunas palabras que le son respondidas en iguales términos. Sorpresa, unos dicen, libertad total, otros dicen, más teatro fantástico. El sujeto acusado por narcotráfico pidió, dicen, la intervención presidencial. La obtuvo, los niños con cáncer esperan.

3.- No hay duda, lo qué hay es pánico ante las reacciones del presidente López. El temerario gobernador de Jalisco, tan charro, tan valiente, finalmente se arrugó. Vistas las órdenes ante casos como Páramo, auditor superior, hoy bajo investigación por su conclusión sobre el aeropuerto texcocano cancelado, que de deuda privada pasó a pública y hoy debemos liquidar en algo más de veinte años. En la estructura financiera original, las instalaciones y sus usuarios, aerolíneas y pasajeros, pagarían lo que hoy heredaremos a nuestros nietos. El jalisquillo rajón tiene todos los motivos para ser precavido: López en uno de sus más recientes anuncios, dijo que no permitirá violaciones a la ley electoral, misma que trae en las ingles, la entrepierna para que entiendan todos. Conminó a los gobernadores a no intervenir en las elecciones intermedias de junio.

4.- La seguridad de que conservará la mayoría absoluta en el Congreso, la suya, su sapiente poder decisivo, cuando era de esperar que lo atemperara, lo está llevando a extremos de desquiciamiento sumamente peligrosos. Sin autoridad electoral, anulada por un Tribunal Federal sometido, sin órgano de control sobre el gasto público y un poder judicial confundido por el propio mandatario como florero, adorno, sólo falta la integración del Movimiento Obradorista para la reelección cuya intención anunció en la semana recién transcurrida. No hay quien lo controvierta y mucho menos quien le haga saber que para registrarse como el más grande mandatario de nuestra historia, debe asumir, con grandeza, su retiro.

5.- Lamentable, pero debemos admitir que ya no hay oposición. Los partidos políticos que de hecho nunca representaron nada, sino a ellos mismos y sus cúpulas dirigentes, debaten forma y fondo para no perder vigencia. Los votantes pasaron al mundo de la ilusión y por eso ahora con tono pedigüeño imploran a seres incapacitados mentalmente pero dóciles para la tarea de levantadedos. Deportistas, buen ejemplar la Guevara con mil millones extraviados, y faranduleros drogadictos, la Jesusa por muestra, pero conocidos por el público amorfo que integra la masa votante.

6.- Cuatro años de caos y saqueos no lograrán despertar a una oposición que sólo busca migajas y croquetas. Sin programas ni propuestas, limitan su acción a una tibia crítica que no alcanza la virulencia de una ciudadanía cada día más furiosa por impotente.

Tendremos Peje López para rato…

 

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